El método de extracción del mármol desde finales del s. XIX hasta la industrialización de los años 60-70 era el siguiente:
Para “despizarrar”[1] retiraban los escombros a mano, con espuertas de esparto, cargándolos en un primer momento en gavetas, más tarde en carrillos de madera, y años después en vagonetas de hierro que se traían de otras explotaciones mineras. Para retirar los materiales más duros se ayudaban de explosivos, primero pólvora y más tarde dinamita. Realizaban un agujero con una barrena de mano, en el que metían el explosivo. Retirado el escombro, se volvía a meter otro barreno, y así sucesivamente hasta llegar a la veta de mármol.

Las vagonetas se empujaban hasta el borde de la escombrera sobre raíles. Entonces las escombreras se localizaban muy cerca de la cantera. Conforme iba avanzando la escombrera se iba construyendo sobre ella un muro y sobre él se empalmaban la pareja de railes hasta alcanzar el borde.
Una vez llegado al banco, para desgajar el pedazo de mármol se realizaban cortes verticales mediante rozas con puntero, hasta encontrar algún “levante”[2] por el cual podían “zoblarlo”[3]. Más adelante, se fueron sustituyendo estas rozas por barrenos “a plomo”[4], aunque siempre se buscaban pelos[5] que facilitasen la extracción.
Para los cortes horizontales lo “zoblaban” mediante cuñas de hierro. Para introducirlas, primero realizaban un “cuñero”[6] mediante hileras de “brocás”[7] realizadas a puntero.

En el arranque también se utilizaban explosivos, cartuchos de pólvora, realizados con papel de periódico, para “zoblar” “a levante”[8] o partir los pedazos “a plomo”. Era muy importante calcular la cantidad para que no rompiera el mármol. En ocasiones el cartucho era como un cigarro.
Con un gato, que primero era de madera y luego de hierro, levantaban el pedazo hasta calzarlo con rulos de hierro, y a base de “regatás[9]” iban sacando el pedazo.

Posteriormente se introdujeron los “cabestranos”[10] que fueron sustituyendo a los gatos. Los primeros venían de fuera y eran muy pequeños. Posteriormente el Maestro Joaquín ya pasó a fabricarlos más grandes.
Para sacar el pedazo del banco, sobre la “risca” se utilizaban rodillos de hierro, y una vez en la placeta se sustituían por rodillos de madera más gordos, pues los de hierro en la tierra se clavaban.
Si el trozo tenía que salvar una altura se rebajaba ésta mediante piedras o una “torta”[11] de tierra.
Lo pedazos también se movían pegándoles “tumbos”[12] mediante un “trepe”. Piedra que se colocaba delante del pedazo para empujarlo y sobre ella volcarla quedándose levantada, dando ventaja para pegarle otro tumbo colocando otro trepe. Otra manera era “remando”. Con la barra se iba moviendo a derecha e izquierda alternativamente. Las barras se colocaban sobre una piedra llamada “caballo” para servir de eje a la palanca. Con la barra apoyada en el caballo le podías dar “a hincha”, hacia delante; o “a remo”, hacia los lados.
Una vez en la placeta, que la hacían ellos mediante rellenos muy cerca de la cantera, a base de “brocás” con el puntero, iban alisando todas las caras hasta dejarlo “como un azucarillo”. Utilizaban escuadras y reglas para guiarse. Por último en los bordes se le daba una tirada de “gradina” para que no se “esportillaran”.

Una vez “escuadreado” el bloque, se llevaba al “cargador” donde se cargaban las carretas y posteriormente los camiones. Ya en el camión le ponías unos rulos más finos también de madera. A partir de abril se comenzaban a hacer sombrajes en la placeta, para que te pillara el verano a la sombra, bajo los que se elaboraban morteros y fregaderos, labor a la que, como ya hemos comentado en otros posts, se dedicaban mayoritariamente los más jóvenes y los más mayores.
[1] Retirada de los materiales que cubren la capa de mármol
[2] Plano de estratificación
[3] Zoblar: Desdoblar, fisurar el mármol por un levante.
[4] Verticalmente
[5] Microfisuras
[6] Hueco realizado para acomodar la cuña
[7] Golpes de puntero
[8] Horizontalmente
[9] Empujones con el gato
[10] Cabestrante
[11] Acumulación de tierra
[12] Vuelcos