Desde siempre la vía marítima ha sido la mejor opción a la hora de transportar el mármol por los menores costes que implica frente al transporte terrestre. Así en época romana, el mármol, cargado en carros tirados por bueyes, era llevado a la antigua Baria, actual Villaricos, a través del camino, o los caminos, que de seguro recorrían el Valle del Almanzora[1].
Ya en época musulmana, de la preferente utilización de la vía marítima, tenemos constancia en el pecio nazarí cargado de basas y pavimentos ya desbastados, elaborados en mármol blanco de Macael, localizado en el Playazo de Rodalquilar.
En época moderna el embarcadero localizado en “la playa de la çiudad de Vera, do dizen la Torre la Carrucha» se convirtió en el principal punto de salida.
El transporte desde las canteras de Macael hasta allí constituía toda una epopeya. Valga como ejemplo el contrato fechado en abril de 1.642 por el que se acuerda transportar 30 carretadas cargadas de mármol, que deberían estar allí a finales de julio. Transcurrido el plazo aún faltaban 10 carretas por llegar.
En otros casos, el transporte marítimo no era posible. Como por ejemplo el mármol que en grandes cantidades se utilizó en la construcción del Palacio del Escorial. Para su transporte entre 1.581 y 1.587 el mármol se envió en carretas vía Linares, aprovechando el circuito, ya establecido, por el que también se enviaba el plomo necesario para para las techumbres.
De estos caminos utilizados para bajar el mármol de las canteras, se conservan las huellas de las ruedas en el piso rocoso, puestas en valor a través del Sendero del Mármol (SL-A170) que conecta el pueblo con los Miradores situados sobre las bancadas de mármol.

La construcción de una carretera de acceso a las canteras llegó en 1.926, obligada por la tardanza en la ejecución de la carretera Olula-Tahal. Su puso un punto de inflexión en el transporte del mármol y posibilitó la llegada de los camiones.
Los primeros camiones procedían de distintas guerras: Los Lancia procedentes de la Guerra de Abisinia, que eran mejorados con la instalación de una segunda reductora.
Los rusos, procedentes de la Guerra Civil. Su verdadero nombre era Ziz-5, recibiendo el sobrenombre de “Los tres hermanos comunistas”, por las letras en cirílico “3HC” ubicadas en el morro. Sus motores eran normalmente sustituidos por otros de las marcas “Perkins” o “Barreiros”.
De la 2ª Guerra mundial vinieron los GMC, llamados “el 10 ruedas” que presentaban 3 diferenciales.
Ya en los años 60 fueron populares los Pegaso Comet, los Ebro B45, y los Barreiro Saeta. Todos ellos camiones de reducidas dimensiones, capaces de atravesar las calles del pueblo, paso obligado para acceder a las canteras del río. Aún se pueden observar en las curvas y estrechamientos del recorrido lagunas muestras del roce de los camiones en las paredes. En ocasiones también eran adaptados a las circunstancias propias de Macael, por ejemplo con la instalación de viseras en la caja para proteger a la cabina. Eran capaces de transportar hasta 7 Toneladas de mármol.

En los años 70 se construyó la carretera que evitaba el trasiego por las calles del pueblo. Llegaron camiones más grandes y potentes como los Pegaso Tecno, en los 80, y los Pegaso Troner en los 90.
Hasta el año 2000 los camiones eran normalmente adquiridos con caja. A partir de entonces se adquieren cabezas tractoras a las que se le instalan bien plataformas para el transporte de grandes bloques, o bañeras para el transporte de la piedra.
Actualmente tráilers como el Volvo FH12 son capaces de cargar hasta 25 Toneladas de mármol.

[1] Aunque, de momento, no se ha encontrado restos de ninguna calzada romana.