El Cantero es el elemento central de la Cantería del Mármol de Macael.
Mitificado por la comunidad, goza de un estatus especial que viene de antiguo. Posee un valioso conocimiento acerca de cómo trabajar la piedra, y además hasta la segunda mitad del siglo XX, cuando la mayoría de la población rural se dedicaba a la agricultura, el cantero cobraba por su trabajo en dinero y de forma regular, mientras que el resto lo hacía en especie y sólo cuando había cosecha.
Este conocimiento, era guardado como un tesoro, transmitido de generación en generación, de padres a hijos, por lo que la mayoría de los canteros eran locales, mientras que la población foránea se dedicaba a retirar el estéril como peones.
Las durezas, grietas, callos y cicatrices de sus manos reflejan su sacrificado oficio, expuesto a las inclemencias meteorológicas: el calor, la radiación solar, el frío, la lluvia, el viento…Y la dureza y peligrosidad de su trabajo, permanentemente expuesto a accidentes donde la muerte está muy presente.
Un oficio muy vocacional, incluso hoy en día, en el que los aspectos identitarios y la tradición que llevan en la sangre tiene una gran influencia.
