En todas las épocas, en la extracción del mármol se distinguen 3 fases:
- El “despizarre” que consiste en la retirada de los materiales no aprovechables que cubren la capa de mármol.
- El arranque que consiste en la separación el pedazo de mármol de la bancada.
- Y la preparación del pedazo para su transporte.
En época romana las canteras eran muy pequeñas en extensión, y se limitaban a la extracción de la capa de roca más superficial hasta una profundidad máxima de 3 metros.
Al situarse en aquellos lugares donde el mármol afloraba superficialmente, no tenían la necesidad de realizar “despizarre”.
Muchas de las técnicas de cantería que empleaban son herencia de los egipcios como mojar las cuñas de madera para que se hincharan y aumentaran la presión de rotura, la utilización de distintos tipos de picos y martillos, aunque en el caso de los egipcios eran de piedra muy dura (diabasas) y no de hierro, o el desarrollarlo de sistemas de poleas para mover los grandes bloques.

Para arrancar los pedazos del filón metían cuñas tanto en los levantes[1] como en los pelos[2], para ello con punteros, haciendo hiladas[3] de “brocás”[4], tallaban muescas para introducirlas.
Como último recurso, realizaban “rozas”[5] con picos y piquetas, con el objetivo de realizar cortes verticales en lugares donde no podían aprovechar ninguna fisura.

Posteriormente separaban el pedazo y lo levantaban mediante barras de hierro para introducir rulos sobre los que movían el pedazo tirando de él con cuerdas, desmultiplicando la fuerza necesaria mediante poleas.
Como los bancos eran escalonados, para salvar las alturas las rellenaban de tierra.
Una vez arrancado el pedazo, solían desbastar las piezas para facilitar el transporte, aligerando el peso.
Sobre una especie de trineos de madera, como la reproducción que se expone en el Centro de Interpretación del Mármol de Macael, se cargaba la pieza y se iba deslizando cuesta abajo, reteniéndolo mediante cuerdas ancladas a postes, sobre un muro construido con final en un muelle de embarque, en el que cargaban la pieza en carretas tiradas por bueyes para su transporte.
La salida del material se llevaba a cabo principalmente a través de la calzada que recorría en Valle del Almanzora para su embarque en el Puerto de Baria (actual Villaricos).

[1] Planos de estratificación
[2] Microfisuras
[3] Filas
[4] Golpes de puntero
[5] Surco estrecho y profundo