Con la conquista del reino nazarí por los Reyes Católicos, en 1.501, Macael y sus canteras pasaron a la jurisdicción de la Ciudad de Baza que aunque en un primer momento permitió su libre explotación por parte de los vecinos de Macael, a partir 1.618 prohíbe extraer mármol sin licencia.
El mármol de Macael fue profusamente utilizado durante la Edad Moderna: columnas con sus basas y capiteles para los patios de los palacios de la nobleza o para los claustros de conventos y monasterios; fuentes y pilas de agua; escaleras con sus balaustradas y pasamanos, escudos de armas, gárgolas, solerías, esculturas, medallones, relieves, etc.
El Palacio de Carlos V, el Palacio del Escorial, el Castillo Vélez-Blanco, la Catedral de Almería o la Capilla Real de los Reyes Católicos son algunos de los monumentos más emblemáticos del siglo XVI en los que está presente el mármol de Macael.
El Palacio de San Idelfonso, el Palacio Real de Madrid, el Hospital Real de Granada, la Capilla de San Miguel o el Retablo de Ntra. Sra. de las Angustias de la Catedral de Granada, el Monasterio de la Cartuja, también en Granada, o las catedrales de Jaén y Sevilla, en los siglos XVII y XVIII.
El Libro de Apeos[1] de 1573 hace referencia a las canteras de los Filabres, comentando de ellas que “siempre han sido libres y comunes a todos”. En él se indica que estaban situadas en el Pago de Alcudia y en el Pago de Azlar. Localizados en los parajes que hoy conocemos como los Horcajos y la Gran Parada, respectivamente.

Francesco Florentin, uno de los mejores maestros de cantería del siglo XVI, tuvo cantera abierta en Macael y desde ella servía mármoles a sus numerosos proyectos localizados en Granada, Almería y Murcia.

Desde los tiempos de Felipe II, la corona, tenía reservada una amplia cantera en Macael, la llamada la Cantera Real, que el mismo monarca cedía para su explotación a diversos canteros. De aquí es de donde se obtuvo el mármol empleado en la construcción de los palacios reales levantados en estos siglos.
Precisamente Felipe II, para la construcción del Palacio del Escorial encargó 79 carretadas de mármol que fueron enviadas en 8 expediciones a través de Linares.
Otros dos nombres propios que podemos destacar son: Damián Pla, otro de los grandes maestros de cantería con cantera en Macael, que en este caso, durante el siglo XVII abasteció muchos proyectos radicados especialmente en Granada y Murcia; y el Taller de los Tijeras, autores de numerosas cruces de término, como las que podemos contemplar en Macael (la Cruz de Mayo y la de los Mozos), cuyo patriarca el maestro cantero D. Diego de Tijeras se asentó en Macael a principios del s. XVII.

[1] Inventario de bienes realizado con motivo de su repartimiento entre los nuevos colonos que sustituyeron a los moriscos tras su expulsión.